viernes, 12 de junio de 2015

Mundos posibles

A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas.
Marcel Proust
Quince días para el Gran Trail de Peñalara y la incertidumbre se apodera de mucha gente. No solamente se preguntan qué va a ocurrir, sino también qué podrían haber hecho para llegar en el mejor estado de forma posible porque, casi siempre, se llega o corto, o pasado, o un poco "casi" lesionado, o con la incertidumbre de no haber hecho nunca algo parecido a la cita más importante del año. Pocas personas llegan con el relax de haber entrenado ni más ni menos que lo necesario y, además, saberlo.

El GTP es el acontecimiento que supone "la gran cita" para la mayoría de quienes en él participan, salvo un puñado de incalificables bestias para las que tan solo es una carrera más. Las dos preguntas que se hacen muchos de sus participantes son: ¿Y si hubiera entrenado más...? ¿Y si hubiese entrenado menos...?

El concepto de Mundo Posible lo introduce Gottfried Wilhelm Leibniz en la Teodicea como una de las posibilidades que hay en la mente de Dios. Dada su benevolencia, nunca llegaron a existir ninguno de esos mundos posibles, solamente el actual, ya que su infinita bondad le llevó a elegir el mejor de los mundos posibles.

¿Si las cosas no fuesen como son en el mundo en un solo aspecto en concreto,... cuánto tendrían que cambiar el resto de los hechos del Universo para ser solamente mínimamente distinto en eso y nada más salvo lo que sea inevitablemente necesario para la consistencia desde un punto de vista estrictamente lógico? ¿Cuál es el mundo posible más parecido al nuestro en el que algo es distinto? Cuando decimos "si hubiese ocurrido esto, entonces, no hubiese sucedido aquello" ¿No estamos postulando un mundo posible en que se cumple la condición de que es en todo idéntico al nuestro salvo por un cambio y sus consecuencias posibles o quizá inevitables?

No hay pensamientos peligrosos; el pensamiento es peligroso
Hannah Arendt
Constantemente nos planteamos mundos alternativos pero verosímiles. Nuestra mente, en su día a día, para poder simplemente seguir existiendo construye modelos que interpretan los datos que recibe a través de los sentidos. Estos modelos contienen necesariamente extrapolaciones de lo que ya sabemos y como se comporta el mundo habitualmente para hacer simulaciones de las consecuencias de nuestros actos. Ese mecanismo que nos permite imaginar coherentemente varios mundos futuros alternativos según sea que tomemos una u otra decisión, es un mecanismo que también aplicamos a nuestros deformes recuerdos para imaginar el "como pudo ser y no fue", un futurible, es decir, un presente alternativo imaginado que tiene como condición un cambio posible en el pasado (si no te hubieses lesionado en Madeira, no nos habríamos conocido en Pedrezuela...). El cómo serían las cosas si hubiesen ocurrido o no hubiesen ocurrido otros acontecimientos.

Un futurible, como realidad alternativa, es un contrafáctico. Algo opuesto siempre y necesariamente a los hechos, a lo que sucede en el mundo. Una falsedad en definitiva puesto que, por definición, se deduce a partir del supuesto de la existencia de algo inexistente, algo que nunca ocurrió. Aunque, en realidad, no es como tal una afirmación sobre el mundo, sino sobre un mundo posible en que se parte de otros supuestos distintos a los que operan en el mundo real.

Entrenando un poco para el GTP. 44 kilometritos y 2550 D+, por ejemplo,
pero en una compañía de verdadero lujo. Foto: Guti
El pudo-ser-y-no-fue y el podría-ser no se diferencian desde el punto de vista lógico a la hora de operar y razonar sobre los supuestos que tengamos. Se emplean las mismas leyes de la lógica que no han cambiado desde que Aristóteles las enunció. Simplemente, en un caso los supuestos serán la realidad (tal como creemos que es) o, por el contrario, una alternativa a la realidad (como podría haber sido). El problema no está está en el plano lógico, sino en el epistemológico. Una afirmación sobre el futuro, un vaticinio, un "mañana lloverá", hasta que no llegue mañana no es verdadero ni falso y, mañana, necesariamente una cosa y otra (mañana, si o no, lloverá). En definitiva es "verificable" o, aún mejor, es "falsable"(puede acaecer que los acontecimientos hagan el enunciado falso).

Por el contrario, en el "pudo ser y no fue", no partimos de la realidad, sino de un supuesto que no ocurrió. Una falsedad. La deducción que no es verificable, y sobre todo, no es falsable. No puede ocurrir nada en el mundo real que demuestre que estamos construyendo una patraña... algo, por otro lado, bastante habitual cuando nuestras emociones presentes reconstruyen nuestros recuerdos, cambian algún detalle que no les gusta y tratan de avanzar desde allí hacia un cielo o un infierno posible, según sea el temperamento de cada cual más o menos autodestructivo.

Nos podemos aferrar a una creencia y construir, además de nuestros recuerdos, un mundo alternativo a partir de las consecuencias de lo que no ocurrió. Cualquier mundo posible ya que, ex contradictione quodlibet, a partir de una falsedad podemos deducir cualquier mentira que queramos creer, como bien sabían los medievales al ponerle nombre en Latín a esta regla de la lógica que permite extraer, a partir de un enunciado contradictorio, cualquier otro enunciado cualquiera sea verdadero o falso.

La lógica, ese punto de encuentro entre como funciona nuestro pensamiento y como funciona el Universo.

Visto en Lisboa
Y en definitiva, cuando nos faltan datos, muy en especial, sobre lo que ocurrió en el pasado, nuestra mente trata de rellenar los huecos con la imaginación y hacer proyecciones sobre lo que ocurrió, lo que no ocurrió y lo que podría haber ocurrido. Cuando no tenemos explicaciones, nos las tratamos de inventar y aquella que nos satisface racionalmente, sea cual sea nuestro nivel de exigencia en lo que a satisfacción se refiere, la usamos como punto de partida. Es cierto que la información, por lo menos, permite detener el torbellino en que puede llegar a convertirse la mente, incapaz de dejar de buscar explicaciones, cuando no tiene una realidad, unos datos objetivos, a los que aferrarse y con los que finalmente detenerse.

Por lo tanto, como siempre, haremos lo que podamos con lo que tenemos y no pensaremos mucho en lo que podríamos haber hecho, que es un ejercicio bastante fútil, aunque ciertamente sirve como contrapeso a la insidiosa procrastinación. Esa que nos lleva a dejar para mañana lo que podríamos haber hecho hoy hasta que llega el momento... en que ya no se puede hacer nada. En nuestro caso, está todo, o casi todo, ya hecho y solamente resta descargar un poco las piernas, descansar y mantener un poco el potencial obtenido con los entrenamientos... y pasar esa potencia a acto, claro.

Hormigonando las patas por el Tubo de Cabezas de Hierro, ¡qué bien nos van a hacer falta!
Foto: Guti
Por supuesto hemos estado hablando de un mundo que no está hecho de "cosas", sino de hechos que están descritos por un conjunto máximo de enunciados tales que, si se agregase uno más, el Universo se volvería inconsistente, ya que contendría, al menos, una contradicción en él.

Bueno, creo, a lo mejor hablábamos de la preparación para el Gran Trail...
-Yo sé lo que estás pensando -dijo Tweedledum-, pero te aseguro que eso no es cierto. 
-Y si acaso lo fuera -intervino Tweedledee -, pues sería precisamente así; pero si así fue, así pudo ser; si así fuera, así podría ser; pero como no es, no es. Eso es la lógica.
Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll

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