martes, 22 de abril de 2014

La Pasión por correr

Miércoles

El plan para la Semana Santa es sencillo. O no. Depende de los niveles de planificación estratégica y operativa que manejéis en vuestra zona de confort emocional. Si sentís pasión por hacer planes como por correr seguro que acostumbráis a hacer estas cosas.

EL PLAN:

1) Jueves del puente de Semana Santa. Quedo con Raúl en Cercedilla no muy temprano. Dejo mi coche aparcado con una bolsa en el maletero para mañana viernes, otra mochila en su "furgo" para hoy por la tarde y otra preparada para correr ahora en el asiento delantero y nos vamos a El Escorial.
2) Salimos corriendo, mochila a la espalda, desde El Escorial hacia Zarzalejo pasando por la Silla de Felipe II y las Machotas y volvemos rodeando el promontorio rocoso dejándolo a nuestra izquierda. Recojo la mochila que he dejado en el vehículo de Raúl.
3) Duermo en el albergue de El Escorial. Por la mañana quedo con Valle y Marian. Dejo la mochila, recompuesta, en el coche de Marian (dentro en una bolsa con cierre hermético la ropa sucísima de ayer) y subimos monte Abantos, seguimos la cuerda y llegamos a Cercecilla. Después las acerco en coche a El Escorial y recojo mi bolsa de vida. Añado otra bolsa hermética con más ropa sudada a criar bacterias anaeróbicas.
4) Me voy para Navacerrada para recoger a Anne. Dejo en su coche la manida mochila, para mañana sábado y nos vamos en mi utilitario a Cercedilla a un hostal que he reservado.
5) Subimos corriendo Calzada Romana, Senda de Corpes, Camino Schmidt, puerto de Navacerrada, Emburriadero y bajamos por la Tubería el valle de la Barranca hasta Navacerrada. Recogemos los bártulos, añadimos más bolsas de ropa sucia al maletero y vamos a dormir al Hotel la Barranca, donde, por supuesto, tengo una reserva.
6) Al día siguiente vamos por el Camino de Santiago de Navacerrada a Cercedilla (para soltar piernas), recogemos mi coche y volvemos a por el Anne.
7) Reparto de bosas y bártulos varios.Vuelta a casa y a poner una lavadora urgentísimamente.

Ese era.

El miércoles, el día antes, me metí una buena paliza de hora y media, 15 kilómetros, volviendo a casa del trabajo ya de vacaciones con una mochila a la espalda. Para ir entrando en calor. Al final de lo que se trata es de ir juntando muchos kilómetros a ritmos suaves para que el cuerpo esté preparado para las cuarenta horas ininterrumpidas o más que espero estar dando tumbos este verano por los Alpes.

La linea de metro que necesito
 Me dedico a organizar el plan con un pequeño diagrama sobre un papel. Contar mudas de ropa interior, camisetas, mallas y zapatillas y distribuirlo todo en montones y ponerlo en sus tres paquetes iniciales. La parte organizativa de las reservas de albergues y hoteles ya estaba hecha un mes antes.

Siguiendo a Ortega y Gasset, creo que somos un animal cuya existencia es pura anticipación, un vivir en el decidir constantemente sobre el futuro y, quien renuncia o cree renunciar a ello, solamente consigue que los acontecimientos le pillen sin un plan de acción. Dejando todo lo importante a la improvisación chapucera. Planificar es vivir. Es la más pura condición humana el imaginar constantemente que puede ocurrir y vivir anticipando y preparándose para como actuar. Un suceso maravilloso e inesperado produce una gran felicidad, pero solamente si acontece en unas circunstancias que tenemos controladas, cuando los planes salen bien. Incluso que nos toque la lotería implica comprar un billete, encontrar un amor dulce y que te complemente y te llene... necesita de la toma de unas decisiones, de dar los pasos intermedios y necesarios para encontrarlo y construir una relación.

El deseo de que la vida sea de otra manera requiere, después de tomar conciencia de que, efectivamente, las cosas podrían ser diferentes e imaginar el escenario que deseamos, también pensar en los pasos intemedios, en lo que van a requerir, en los capítulos centrales de nuestra novela, las subtramas de la historia de nuestra vida, en todos los factores hasta el detalle que podamos enfocar en nuestra imaginación anticipadora, para poder trazar un plan que nos lleve hasta nuestro destino y poder improvisar alternativas cuando encontremos obstáculos y cuando nos perdamos. Perderse es fácil, lo importante es saber hacia donde se va para poder buscar rutas alternativas en el momento en que nos damos cuenta.

Jueves Santo:

Los cristianos en general y los católicos por aquí en particular conmemoran el jueves de Pascua la institución de la eucaristía. Un berenjenal teológico tremendo en el que el líder de la secta judía de los jesusitas, siglos antes de que existiese la religión que se crea entorno a su figura, celebra al parecer una "Última Cena" con sus lugartenientes para despedirse porque le consta que le han traicionado y que le van a prender y ejecutar, según hemos recibido noticia por la tradicional novelización de su vida, escrita unos setenta años años después y reescrita, retraducida y reinterpretada varias veces. El follón monumental de la "doble naturaleza", humana y divina, que le empluman al personaje siglos después cuando los jesusitas griegos, para diferenciarse del resto de los judíos, crean una religión a parte y se desembarazan de nestorianos y monofisistas, y sobre todo el indigerible sapo teológico que se tragan los católicos de la "transustanciación" que se produce, no cuando el cura celebra misa, sino más bien cuando se mezcla malamente en un cóctel explosivo Aristóteles con las luchas de poder contra los luteranos en el Concilio de Trento en un intento absurdo de "mantenerse en sus trece" de la Iglesia Romana porque, claro, la mayoría de las doctrinas anti-jerarquía eclesiástica (albiguenses, cátaros...) tradicionalmente habían encontrado absurdo lógicamente, contrario a lo percibían a través de los sentidos y un poco caníbal (obviamente) lo de comerse el cuerpo y beberse la sangre de su dios hecho hombre.

Lo de mantener las mayores inconsistencias a base de autoridad es una constante en la secta romana, la díscola hija pequeña separatista de las Iglesias Católicas Ortodoxas Orientales que nunca se fumaron aquel porro liado en la "donación de Constantino" que enajenó el entendimiento de los obispos de Roma y en la que basan esa supuesta autoridad. Ahí siguen, mezclando las almas de Platón con los óvulos y los espermatozóides "en el momento de la concepción" (lo que viene a ser al copular).

Hemos quedado un poco tarde quizá. Nos va a apretar el calor. Cambiando de tema. Para no seguir haciendo amigos. Aún queda algún católico que me tiene aprecio.

Perseguimos cuesta arriba a Manu, un alto y flaquito y veinteañero corredor autóctono. Nosotros íbamos a trotar tranquilos, por sendas cómodas, un par de horas, que no estamos a tope...

Bueno, Le empezamos a seguir tratando de aguantarle más o menos el ritmo. Si, nos poníamos a andar de vez en cuando, pero al final íbamos a un ritmo muy por encima del nuestro con la consecuencia de que nos plantamos en Las Machotas en un momento, pero muy fundidos y emprendimos una bajada out of road más o menos en la dirección correcta pero perdiendo el camino de vez en cuando y metiéndonos por terreno que no era precisamente cómodo.


Creo que ya lo he mencionado en alguna ocasión. Soy la escoria del trail running. Bajo fatal. Sufro mucho en los descensos técnicos por diversos motivos que no me apetece repasar y trato de compensar el tiempo que pierdo bajando, subiendo un poco mejor, aunque hoy no tengo esa sensación viendo como trepa Manu.

Llegados a Zarzalejo y casi ya sin agua,... no recargamos. Cosas que pasan. En un momento dado dimos por supuesto que íbamos en dirección a una fuente y, cuando nos quisimos dar cuenta, estaba pegándonos el sol por una pista sin árboles. Nos faltaban unos veinte minutos para llegar y lo único que encontramos es un caño que echa un chorrete de líquido con un fuerte olor a pozo y bacteria. En un momento dado puede ser una buena elección elegir la diarrea de mañana frente a la deshidratación de hoy, pero tan cerca de nuestro destino, en un camino transitado y ciertamente sedientos pero muy lejos de estar en peligro, no vale la pena beber del caño. Otra cosa sería que estuviésemos solos en un paraje aislado, que el agua no oliese mal y que estuviésemos en peligro cierto. En ese caso yo echaría un trago de un arroyo de montaña, exponiéndome a un posible problema intestinal antes que a un golpe de calor o a una pérdida masiva de líquidos.

En el botiquín, por cierto, llevo un blister de pastillas potabilizadoras que espero no usar nunca.

Acabamos la ruta y bebemos agua hasta hartarnos y unas jarras de cerveza sin alcohol con limón hasta saciarnos aún más, acompañando unos bocadillos de calamares y unas patatas bravas. Hidratos y proteinas, lo que el cuerpo y, sobre todo, la mente necesita.

Paso la tarde de descanso en el albergue juvenil de la CAM, casi desocupado esta semana santa, no sé si porque no se conoce el recurso o porque la gente no sabe que se puede disfrutar por dieciocho euritos de una habitación individual con baño y desayuno incluido. Vale que no hay toallas ni televisor. No hay servicio de habitaciones ni minibar, pero está limpio y las vistas son espectaculares. 

Viernes Santo

El viernes el cristianismo "recuerda" la muerte de Jeshuáh ben Joseph, Jesús, el hijo del carpintero. Un recuerdo deformado del que fue probablemente un acomodado burgués revolucionario remezclado con el tiempo con otras figuras de la época como Juan el Bautista y con otros "ungidos" del momento, que abundaban los kristos y los mesiah en la época, es decir, los "untados de aceite". También con añadidos de otras religiones que entraron en competencia por el poder terrenal en el Imperio Romano y que, finalmente, fueron parcialmente asimiladas por los vencedores del conflicto.

Hoy me espera una buena paliza. Me encomiendo a Ištar. Por molestar. Porque me recuerdan a la diosa las tallas en madera policromada que me he cruzado ayer por las calles del pueblo y el parecido no es por casualidad. 


Con Valle y Marian, dos corredoras del Tierra Trágame duras como el granito del Guadarrama empezamos a subir el Monte Abantos por un GR extraordinariamente bien marcado y que sale a la derecha, rodeando la presa de El Escorial. Hay una fuente un poco antes de llegar arriba y después se podrá recargar agua en el Alto del León y al empezar la bajada a Cercedilla pasado la Peña del Arcipreste de Hita. Si hacéis la ruta un par de botellas o una bolsa para camelbak os permitirá llegar sin peligros. De todas maneras, sobre todo en verano, más vale que sobre que no que falte.

Las vistas, absolutamente espectaculares permiten ver toda la sierra. 


A partir de ahí, se va subiendo y bajando... se supone que más bajando que subiendo, pero la percepción subjetiva puede ser engañosa, claro, recorriendo toda la cuerda... y remontando por la vida... hay veces que parece que ya todo es bajada y aún queda algún pequeño risco que subir.

Pasamos los puntos geodésicos que limitan la provincia de Madrid de las de Ávila y Segovia por Abantos, San Juan, el Cerro de la Carrosquera, el Risco del Polanco, el Cerro de la Salamanca, Cabeza Líjar (1823 m.)...

Vistas desde Cabeza Líjar.

... seguimos por el GR-10, pasando bunkers de la Guerra Civil por el Cerro de la Gamonosa, el Alto del León y la Peña del Arcipreste de Hita. Dejamos a la derecha el camino que debiéramos haber tomado para ahorrarnos otros seis kilómetros de más subiendo el Cerro de Matalafuente y la Peña del Cuervo que añadir a los tres que hicimos en un despiste al retroceder por el mismo camino al alcanzar Abantos. En total hoy saldrán, en vez de los treinta y cinco kilómetros previstos, entorno a cuarenta y cuatro. Un maratón de montaña. Retrocedemos hasta la portezuela marcada en verde - blanco y en seguida llegamos a una pista señalada como PR que baja por una solana que debe ser inaguantable en verano.

Mis piernas piden ya clemencia y mis compañeras, aún sobradas, me la conceden y se adaptan a mi arrastrarse hasta que, por fin, llegamos a la estación de cercanías de Cercedilla donde tengo el coche.

Avituallamiento en el Asador de Angel, como manda la tradición, líquido y sólido (cefalópodos emparedados y bebida de cebada malteada y fermentada, repetimos el menú de ayer).

Dejo a las compañeras de aventura en su coche en el Escorial y vuelo hacia Navecerrada donde me espera Anne y una ducha, por desgracia no en el orden que sería correcto para el recibimiento que merece mademoiselle Souplet, recién llegada de París por viaje de negocios.

Aún tendremos tiempo de reponer energías en grata compañía con más cefalópodos y tubérculos: rabas y bravas. Y de encontrarnos otra procesión más, que no será la primera ni la última.

La procesionaria por Cercedilla
Sábado Santo

Es un día raro y de transición en la Semana Santa. Un día de "luto" y en aquellos lugares donde la celebración es más exacerbada (y alcoholizada), un día de resaca y descanso tras la noche en vela del viernes, a la espera de las celebraciones del domingo. La costumbre dicta que no se tocan las campanas de iglesias y catedrales, lo que da lugar a la tradición de la mona de pascua en muchos lugares, cuando las campanas "vuelven de Roma" y traen chocolate a los niños. Tradición que en algunos puntos del norte de Celtiberia se ha transformado en que los padrinos regalen a sus ahijados un bollo o, más recientemente, un smartphone para whatsappear...

Después del maratón de ayer, el Ultrawini Transerrano a partir de ahora, no doy un duro por poder seguir a Anne por la Calzada Romana hasta la Fuenfría, la Senda Corpes, el Camino Schmitd, desde el Puerto de Navacerrada al Emburriadero y por la Senda de la Tubería hasta las Zetas de la Barranca y por el Camino de Santiago, más o menos, hasta el pueblo de Navacerrada.

To p'rriba
Efectivamente nos cuesta mucho subir hasta la Fuenfría y tenemos que hacerlo, fundamentalmente, andando, con algún tramito corriendo donde un poco se podía, pero las piernas pesan como plomo. Sin embargo ya repuestos y recompuestos en la fuente de la Fuenfría, volamos y nos divertimos camino de Navacerrada. Me siento francamente fuerte, como si no me hubiese dado una paliza a correr los últimos tres días. Un excelente síntoma de cara a futuros retos y, en concreto, muy buena señal para el Ultra Trail Serra de Sao Mamede que me espera dentro de un mes. Anne también demuestra su clase y saca sus "series en pista", el entrenamiento específico que hacía como corredora de asfalto y que le ha dejado una "chispa" y una capacidad tremenda en cuanto el camino pierde un poco de verticalidad. La sigo como buenamente puedo saltando sobre los tarsos, de puntillas casi, entre piedras rotas y sueltas que nos amenazan pero no nos llegan a atacar. Llegamos al aparcamiento de la Barranca sucios y felices y trotamos y caminamos hasta el pueblo más tranquilos.

Como se puede observar Anne va a tal velocidad que sale en la misma fotografía acercándose por la izquierda y alejándose por la derecha.

Domingo de Pascua y Lunes de Pentecostés

El domingo muy temprano a la mujer de Jesús, Magdalena, y a su suegra, María, según el parentesco que se deduce de algunos evangelios (la novelización de la que antes hablábamos), evangelios no admitidos por el canon, un ángel se les aparece sobre el sepulcro de Jesuah para informar a las suprascriptas que no, que no ha sido robado el cadáver (como era costumbre en la época a menudo), sino que el chico ha resucitado.

Ejem.

Parece que será bastante después cuando los judíos helenísticos de la secta seguidora del Kristos, los no palestinos que esos después de las revueltas contra Roma casi habían desaparecido, le darán la vuelta de tuerca a su dogma para decidir que Jesús era, primero el hijo de Dios y, después, Dios, y separarse del todo de la tradición hebrea palestina que, por otro lado, era bastante levantisca contra los invasores romanos y mala compañía a la hora de encontrar un lugar al sol en el Imperio desde el que rezar y juntar sextercios. Lo de que el monoteísmo le viniera a Constantino de perlas para fortalecer el poder terrenal y el carro al que se subieron patriarcas y obispos y que les llevó hasta el siglo XXI es otra historia que no descarto ir desgranando gracias a las carreras de Navidad o cualquier otra escusa que pueda acontecer.

Se acaba lo bueno. 

La Maliciosa con bufanda de nubes
El día amanece oscuro pero espectacular, con nubes enroscándose sobre la Maliciosa que vemos por las ventanas del Gran Hotel Budapest, perdón, la Barranca, de Navacerrada, un lugar que parece salido de un vórtice espaciotemporal que condujese a los años cincuenta.

Os preguntaréis que por qué tanta panorámica. Resulta que el software Android  de mi teléfono no deja azuladas ni verdosas, como el resto de las fotografías, las instantáneas tomadas desde el zapatófono en esta modalidad.

Un paseo tranquilo siguiendo las flechas amarillas del Camino de Santiago hasta Cercedilla, donde comemos y una tarde de cine cierran el tiempo de la Pasión en la Pascua de este año.

No he tenido ninguna epifanía el lunes de Pentecotés, no he adquirido el don de lenguas como los apóstoles que tan bien me vendría... por lo menos me conformaría con el Francés a nivel A1, por razones obvias.

Para recorrer un largo trecho, quizá más de un centenar de kilómetros y tres mil metros de desnivel acumulado en esta semana santa hace falta planificación y, sobre la planificación, improvisación. Planes en los planes de los planes. Planes con zonas más abiertas y más cerradas que sirvan de imagen, de ídolos, de mapa, de guía a lo que se desea. Imaginar y después dar un primer paso.

Como siempre, para seguir remontando por la vida. Mira siempre su lado bueno.

Always look on the bright side of life
















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