miércoles, 15 de julio de 2015

GTP (Guía de Temáticas Platónicas) o "Galarleiz y También Platón"

El filósofo Ludwig Wittgenstein se encontraba en la estación de Cambridge esperando el tren con una colega. Mientras esperaban se enfrascaron en una discusión filosófica que absorbió toda su atención. Al ver que el tren comenzaba a alejarse, Wittgenstein echó a correr en su persecución. Wittgenstein consiguió subirse al tren pero no así su compañera. Un mozo que estaba en el andén se le acercó al ver la escena y le dijo para tranquilizarla:
No se preocupe, dentro de diez minutos sale otro.
Ud. no lo entiende - le contestó ella - él había venido a despedirme a mi.-
En la anterior entrada de este blog quedaba abierta la cuestión de qué demonios era eso de correr bien. A ver si hoy profundizamos un poco más. Quizá nos ilumine un poco la participación reciente en el Maratón Alpino Galarleiz.

Ola de calor en Madrid y nosotros bajo un fresco txirimiri, hasta con manguitos...
Además seguíamos un ciclo (nos queda una última entrada) de centrarnos en un autor en especial, Platón, a modo de experimento y a propuesta del maestro Spanjaard para poder dar una imagen más completa del pensamiento de un filósofo en concreto (¿por qué no elegiría yo a uno "de los mío", como Jan Łukasiewicz?). Y parecía que correr bien era correr rápido, correr más rápido que el resto, es decir, ganar. Pero... hay mucha gente que no gana y, es más, que sabe que no va a ganar antes de salir. De hecho esa es la condición de la inmensa mayoría y nos parecía... un poco desconcertante que tanta gente se reuniese para "perder carreras" todos juntos.

Quizá planteamos mal la pregunta. Buscábamos la idea perfecta de correr bien, pero no fuimos lo suficientemente platónicos.

La idea del Bien participa de la idea perfecta de correr. No es necesario preguntarse qué es correr bien, sino qué es, τὸ τί ἐστι, simplemente, correr. Si supiéramos eso, sabríamos que es correr bien. Al menos desde el paradigma del maestro de Aristóteles, en el que las Ideas perfectas existen de manera efectiva como objetos. Un concepto difícil incluso para el propio Platón que a través de sus diálogos (Platón es su mejor crítico), vamos viendo como "la idea de Idea" (valga la redundancia) se va complicando, se va volviendo más abstracta y se va "matematizando" y haciéndose lo que los filósofos llaman "aporética", es decir, "sin salida".

Correr es, y corríjanme si me equivoco, echar un pie delante de otro sin que permanezcan los dos en el suelo simultáneamente, que eso sería andar. Permite desplazarse rápido. Es la forma más rápida que tenemos los humanos sin emplear una máquina, como una bicicleta, o sin arrojarnos desde una ventana, que suele ser una forma rápida pero una estrategia no "perdurable en el tiempo". De un solo uso habitualmente, aunque se acelera a 9,8 m/s² (en la Tierra), y a poco que se tire uno de buena altura se alcanzan velocidades tremendas. El problema en este caso no es la velocidad que se alcanza con la aceleración, sino la mucho más rápida y brusca deceleración.

Algunas pendientes muy pronunciadas en esta carrera
Correr, es una actividad "natural", entendiendo como tal que no requiere un aprendizaje, ya que todos los humanos tienen ese potencial y, si nada lo impide, se desarrolla por si mismo sin ninguna otra intervención, no como montar en bicicleta, por ejemplo, que requiere un proceso de ensayo y error gradual.

Correr es algo que hacemos naturalmente y es la forma más rápida de desplazarnos. Más que reptar, gatear, hacer la croqueta, ir a la pata coja, postrado de hinojos o caminando. No es raro ver niños probando quien lo hace mejor, es decir, más rápido y "echando carreras" como juego espontaneo. Casi como un impulso instintivo. Otros animales también lo hacen y sirve como proceso de aprendizaje de estrategias de supervivencia, de ataque o huida, para cazar o para no ser cazado. También es probable que retarse a correr sea una actividad tan antigua como la humanidad y, desde luego, un elemento de los "juegos" que se celebraban en la antigüedad, por ejemplo, en Grecia durante las olimpiadas. No hay que olvidar que correr es una excelente preparación para el arte de la guerra y en especial para la infantería de todos los tiempos. Y una perfecta apuesta de borrachos en todos los lugares del mundo en que se fermentan o destilan bebidas espirituosas.

Hay quien dice que la arraigada tradición vasca en carreras de montaña tiene que ver con esos "alardes de taberna" en la que los mozos apostaban quien era el primero en llegar a la cima del monte más cercano o en hacer una ruta conocida por todos.

Galarleiz surge hace veinte años. De esta manera que nos relatan:

                     

Galarleiz es la matriz, el origen, la idea que después se copia y que da lugar a otras carreras de montaña por la Península como el Maratón Alpino Madrileño. Es, en cierto modo, como la Idea de Platón, el molde del que salen el resto de las copias, aunque es a su vez una idea pillada al vuelo más allá de nuestras fronteras.

Volviendo a lo que es correr. Una actividad natural e instintiva que sirve para ir rápido. Atendiendo a otras características, además de la rapidez, correr bien podría significar:

1) Correr de una forma bonita, estética, agradable a la vista, estilosa. Entre el "arrastrar de pieses" de un walking dead que podemos contemplar al final de un pelotón de ultreros y la elegante zancada de un masai en una prueba de "milqui" (gane o no), hay un abismo estético. Correr bien puede ser, simplemente, correr bonito.

2) Correr bonito tiene que ver con la eficiencia biomecánica y suele significar "correr sano". Los desequilibrios musculares, las asimetrías, los vicios técnicos, además de fealdad a la carrera suelen desembocar en lesiones y molestias. Correr bien puede significar correr técnico, correr sano.

3) Cuando se pilla el ritmo, cuando los músculos calientan, cuando las piernas siguen la mirada y se entra en estado trance, cuando las endorfinas corren por la sangre y llegan a los receptores de los centros de placer del cerebro, cuando se alcanza la velocidad de crucero y la cadencia entre la respiración y las piernas da la sensación de que vas a seguir corriendo eternamente y sientes que estás corriendo bien. Correr bien quizá es correr con buenas sensaciones, algo que puede estar ligado a hacerlo de manera técnica y estética. Por cierto, ello también suele significar ir rápido.

4) Las buenas sensaciones pueden venir por otro camino, además del interno. Aparte de las sensaciones propioceptivas, podemos correr por lugares bonitos, como los del Maratón Alpino Galarleiz, por Guadarrama o por Gredos, por Picos de Europa, por los Alpes o los Apalaches. Correr bien puede ser, simplemente, correr disfrutando, sintiéndose feliz de la soledad o de la compañía.

5) La buena compañía. Correr te permite conocer gente extraordinaria y relacionarte con ella en las carreras y en los entrenamientos. Gente como Luisfer, del Tierra Trágame, al que tuve el gusto de saludar en la carrera, su maratón número 107 (OMG!). Charlar con unos y otros, sobre todo con gente que tiene algo que contar más allá de ritmos y marcas de zapatillas y suplementos nutricionales. Correr es una actividad social, en la medida en que una carrera es un acto social y quizá correr bien sea correr en sociedad. Correr, según la máxima kantiana, como si los otros corredores fuesen un fin en si mismos y no un medio para alcanzar tus fines. Correr, incluso, para crecer espiritualmente.

Correr tiene beneficios físicos, psicológicos y sociales, lo que permite un crecimiento como persona. No si te lesionas, si te obsesionas con ello hasta hacerte daño o si eres un personaje centrado en los resultados deportivos que aleja a la gente a tu alrededor con su ego de "supermachaca". Eso te empequeñece y te aleja de todo lo que te puede aportar la aventura de salir a trotar por el monte, en soledad o con otras personas (humanas o perrunas). Competir contra uno mismo, por mejorar en algunos de estos aspectos, siendo con el tiempo capaces de hacerlo con mejores sensaciones, mejor técnica, más rápido incluso, si, como una actividad compartida con los demás más enriquecedora, si es posible hasta los noventa años. Quizá todo eso sea correr bien más allá de correr más deprisa que el de al lado.

Preparándonos para el maratón... psicológicamente, claro.
Dorsal para una carrera bonita y rápida y, por rápida, dura, con unas
bajadas (y alguna mítica subida) en la última parte que maltrataban los cuádriceps ya extenuados.

Fotos de Rául Martínez, compañero de batalla en esta ocasión, a pesar de una reciente lesión de tobillo

Un breve y merecido reposo antes de la siguiente batalla:
entrar en Madrid un domingo por la tarde en coche y "comerse" un atasco
más insoportable que correr otro maratón 
¿Qué os puedo contar de la carrera que no sea mejor que el que lo viváis yendo allí para la próxima edición? Quizá que Galarleiz es, sin duda, un sitio excelente para "correr bien" en todos los sentidos. Disfrutaréis muchísimo, del recorrido, de las zonas más técnicas y de las más cómodas, del paisaje, de la gente, del ambiente, de la organización, de la comida y hasta del "fresquito" si hay una ola de calor en el centro de la Península y por allí sopla airecillo, hay niebla, cae txirimiri y hay veinte grados de máxima menos que en Madrid.

En la próxima, acabamos con Platón (como dijo Teofrasto de Lesbos).
"El año pasado conseguí encontrar el axioma más corto de este cálculo. En la notación libre de paréntesis que he diseñado tiene sólo trece letras y la siguiente forma: CCCpqrCCrpCsp"
Łukasiewicz, Jan. Estudios de lógica y filosofía.

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