martes, 8 de octubre de 2013

Una atracción irresistible

Vemos la tierra por la tierra, 
el agua por el agua, 
el aire divino por el aire 
y el fuego destructor por el fuego. 
Comprendemos el amor por el amor 
y el odio por el odio
(Empédocles de Akragas)

Para Empédocles el Fuego, el Agua, el Aire y la Tierra son los cuatro elementos que a través de la mezcla y la separación componen el resto de la Fisis, el Universo. La fuerza motora de todo cambio es la atracción, la filia.

Junio de 2006. He corrido hace un par de meses mi primer maratón. Hace apenas medio año que me ha dado por esto de salir tres días por semana a gastar zapatillas y mi amigo Raul, que ya lo ha hecho otros años, me propone ir de voluntario al Maratón Alpino Madrileño, "probablemente el maratón más duro del mundo".

Nos situamos en el control de Cotos, dispuestos a dar agua, barritas, glucosa y ánimos a todos los corredores antes de la subida y después de la bajada a  la cima de Peñalara, punto que marca la mitad de la carrera.

Me sorprende muchísimo. Es fascinante, la gente llega alegre, baja entusiasmada, se para a comer y deja pasar otros corredores, sonríe, charla... esto no es como una carrera de asfalto, se nota otro ambiente, otro enfoque en esto del correr.

Dejándome llevar por la "atracción" de la gravedad, cuesta abajo. Siempre muy divertido.
Una pareja de franceses, supersimpáticos, suben y bajan la montaña en los últimas posiciones. Llevan camisetas y buff (badanas creo que es la nomenclatura no comercial) con la marca Danone (ahora si, publicidad encubierta, a ver si me mandan un lote de lácteos, que aunque como pocos, toda ayudita a la economía familiar va bien, incluso a las unidades familiares de uno solo (También permito lotes de material de montaña de Buff o de la competencia, si a eso vamos (si, tengo cierta tendencia a hacer acotaciones subordinadas y quizá innecesarias))).

Charlamos con ellos, con los franceses. Tienen una actitud genial, van solamente a acabar la carrera y a divertirse, algo que hasta ahora no había visto como objetivo en las carreras de asfalto que había pisado. Hacen cálculos de lo que les queda y al final casi les tenemos que echar a escobazos porque se aproxima la hora del cierre de control. Recogemos todo y vamos al puerto de Navacerrada a animar a los que pasan por allí. Les vemos pasar otra vez. Después bajamos a Cercedilla, entregamos todo el material y nos sentamos en una terraza a ver llegar a los últimos, entre ellos la pareja de franceses. Entran al final, después de ocho horas, alegres como si hubiesen ganado la carrera. Se abrazan al borde de las lágrimas...

Ay, joder,... yo tengo que probar esto de las carreras de montaña. Nunca había visto a nadie entrar en meta con esas sonrisas. Todo el mundo, del primero al último tienen cara de felicidad.

A veces aparece una atracción irresistible que tira de ti como la gravedad tira hacia el suelo. La montaña... o cualquier otra circunstancia o persona irrumpen en tu vida para instalarse allí con una atracción irresistible que atrapa tu atención a lo largo de todo el día.

Puede que aparezca sin que lo busques, pero, no te engañes, es mejor no dejarlo pasar. Seguro que vale la pena intentarlo al menos. Como decía Carlos Sa, uno de los más grandes del ultrafondo, hace poco: Nos trilhos da montanha ou na vida, se nunca tentarmos nunca sabemos se chegamos à meta.



Las fuerzas de atracción y repulsión gobiernan el Universo. Empédocles y los atomistas griegos dieron en el clavo y si no tenían las matemáticas suficientes a su alcance para poder hacer un modelo del mundo más predictivo, no se les puede acusar de ingenuidad en sus brillantes intuiciones.

Es la atracción lo que mantiene los planetas en sus órbitas, lo que hace que estén unidos los núcleos de los átomos, lo que permite que unas moléculas "encajen" unas con otras. Que se vean dos moléculas a lo lejos, se sonrían y, cuando por casualidad se acercan, queden atrapadas entre si irresistiblemente. Luchar contra ese tipo de atracción requiere una violencia destructiva e insana.

Que pasemos por delante de una carrera de montaña y nos entre el veneno en la sangre es tan inevitable para algunos espíritus predispuestos como cuando actúan otras fuerzas de la naturaleza y de la psicología para atraernos en una dirección u otra, solamente hay que darle una oportunidad,... y aproximarse.

 El miedo mata la mente.








2 comentarios:

  1. Anónimo14:15:00

    Iba a hacer un comentario, pero me voy a limitar a darte las gracias por ayudarme a entenderme un poco mejor.

    Lidl CxC.

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  2. Me encantó tu entrada, hermosa forma de explicar esa adicción que crean las carreras de montaña.
    Enganchan, ya lo creo que enganchan.
    Como a ti, me encanta el ambiente que se vive en estas carreras, el buen humor, la empatía, las charlas, las sonrisas. Cada corredor o corredora lleva una carrera diferente en su cabeza, diferentes objetivos y cada uno los va cumpliendo a su manera (y a su ritmo).
    Yo soy una de esas finisher que trotan-caminan-trotan-caminan, pero entran en meta como si hubieran ganado la UTMB. Cada carrera es un reto personal, así que vamos a celebrarlo como se merece.
    Recuerdo que compartimos bastantes kilómetros en la carrera del domingo, bonita carrera por cierto.
    Enhorabuena y fuerza para tus próximos retos.

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Xanky